En la Rambla de Montevideo, donde todos los domingos la gente suele ir a pasear, correr, andar en bicicleta y disfrutar de la brisa marina, pasó un suceso extraño que tenía intrigados a cada visitante semana tras semana, y es que cada vez que alguien dejaba su mate al descuido , descendía una Gaviota reida y se llevaba la alpaca, algún que otro termo o el paquete de mate. Sí!! , es cierto, pero no era una gaviota común y corriente; esta tenía un pequeño sombrero y un monocapa negro. ¡Así mismo, como lo lees, vestida de detective o super héroe!
Fué tanto el alboroto que produjo que los montevideanos comenzaron a intercambiar historias sobre las travesuras de la gaviota. Algunos decían que la habían visto espiando detrás de los bancos con una lupa, otros afirmaban que la gaviota tenía un pequeño cuaderno donde anotaba a sus próximas "víctimas". Algunos hasta la vieron montando patines dicen.
Lo cierto es que un día, Maikel, un joven con un sentido del humor particular, decidió descubrir el misterio detrás de la gaviota. Se sentó en uno de los bancos de la rambla con una empanada de aceitunas esperando atraer a la peculiar ave. Y así fué, no pasó mucho tiempo antes de que la gaviota se posara a su lado, mirando la empanada con ojos codiciosos.
Maikel, tratando de contener los nervios, le dijo: "Así que eres la famosa gaviota robona, ¿eh? ¿Vienes por tu botín ?". Y se lanzó sobre ella formando tremendo alboroto, para su sorpresa pudo ver que detrás de esta singular ave estaba Ximena, una niña de barrio sur que fué la encargada de amaestrar la gaviota , le había colocado el sombrero, la capa y la había enseñado a realizar las maniobras de hurto que realizaba la gaviota, y es que todo fue parte de un juego que terminó en la leyenda y fama de la ya menciona robona.
Maik ya tranquilizado, logró comprender todo , pues aclarado el misterio, desde ese día la Rambla no solo fue un lugar de relajación y disfrute, sino también escenario de aventuras y gaviotas.
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